Los estudios muestran que cuando se trata de escaras o llagas de presión, la prevención es mucho más simple que el tratamiento. Por ello, como profesionales legales especializados en abuso en residencias cuyo signo más común es la presencia de estas complicaciones cutáneas, sentimos que es importante compartir algunos consejos al respecto. Hace algún tiempo habíamos discutido lo relacionado a reposiciones periódicas del paciente. Pues bien, en este artículo nos vamos a referir a otro tema de suma importancia: el cuidado apropiado de la piel.
Importancia de un buen plan de cuidado de la piel
Tanto la protección como el monitoreo de la piel del paciente son aspectos imperativos para la prevención de escaras, y/o para identificar sus fases antes de que tengan la oportunidad de empeorar. Uno de los pasos que las residencias o centros de cuidado tienen a su cargo es la limpieza apropiada de la piel: se debe usar solamente jabón suave y agua tibia, aplicándose de manera suave. Los productos de limpieza un tanto más fuertes son innecesarios, así como también refregarse con fuerza. El talco en polvo debería usarse en pieles con más propensión a retener humedad, y aquellas de textura más seca deben ser hidratadas apropiadamente.
Una de las actividades más importantes que las residencias deben realizar es inspeccionar periódica y adecuadamente la superficie cutánea de los pacientes que sean más susceptibles a presentar escaras o llagas de presión: normalmente, los que están postrados a una cama o aquellos que pasan mucho tiempo en una silla de ruedas.
Por último, se debe poner especial atención en aquellos pacientes que sufren de incontinencia: la residencia debe poner en práctica un plan por medio del cual se monitoree constantemente la humedad y la exposición a las bacterias que presenta su piel. En aras de prevenir casos de abuso o negligencia, el personal debe programar un continuo cambio de pañales o asistir al interno a la hora de ir al baño. Del mismo modo, el uso apropiado de catéteres o tubos rectales puede ser conveniente.
El camino hacia la prevención de escaras o llagas de presión es largo y sinuoso, pero poniendo en práctica estas recomendaciones para el cuidado apropiado de la piel estaremos disminuyendo la posibilidad de que aparezcan y/o empeoren.
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