Un estudio reciente llevado a cabo por la Universidad de Washington reveló que el dieciséis por ciento de las apendectomías realizadas a pacientes en los hospitales no son necesarias. Los exámenes médicos determinan si un enfermo tiene virus en el estómago o ganglios linfáticos inflamados, y ambos generan los mismos síntomas que una apendicitis.
Aunque la apendicitis es una enfermedad muy seria (que si no se trata a tiempo puede ser causa potencial de homicidio culposo), muchos hospitales se muestran prestos a operar y extirpar el apéndice cuando este órgano no está causando los síntomas que padece el paciente: dieciséis de cada cien pacientes serán objeto de errores y complicaciones quirúrgicas.
¿Cómo pueden evitarse estos errores quirúrgicos?
Un paciente debería pedir al hospital que le practique una tomografía a su estómago si su cantidad de glóbulos blancos sobrepasa las 10,000 unidades por microlitro. Esta prueba médica debería tener lugar antes de cada cirugía al apéndice para confirmar lo correcto del diagnóstico y determinar si este órgano realmente debe ser removido.
De no ser así, un procedimiento quirúrgico innecesario podría ser causa de un gran número de complicaciones como infección, sangrado y cirugías en la zona equivocada: los riesgos asociados pueden resultar mucho más peligrosos que la apendicitis.
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