Las instituciones y los centros de cuidado del adulto mayor han hecho modificaciones para prevenir accidentes y casos de abuso en residencias. Las caídas dentro de sus instalaciones es uno de los problemas más grandes entre los internos, debido a su comprometido sentido de balance y limitación cognitiva, y estos episodios pueden tener consecuencias muy graves ya que por lo general su estado de salud es muy frágil.
De acuerdo a la American Academy of Family Physicians las caídas son la primera causa de muerte accidental entre personas de 65 años o más (70% en los que son mayores de 75): cada año el 60% de los residentes se ve involucrado en algún caso de esta índole.
Muchas instituciones han tomado medidas preventivas como poner alfombras, barras en los servicios higiénicos, y barandas en las camas para prevenir las caídas. Sin embargo, una parte de este equipo instalado en aras de prevenir accidentes puede resultar mortal.
En diciembre del 2004 Harry Griph, un adulto mayor de 75 años de edad, fue encontrado sin vida en su habitación de la residencia New Perspective ubicada en Brookfield, Wisconsin. Su cuello había quedado atrapado entre el colchón y la baranda de la cama, asfixiándose en pocos minutos.
Aún sabiendo que este tipo de episodios suceden bastante seguido en todo el país, las barandas continúan siendo usadas en las camas de un gran número de centros de cuidado.
Barandas en las camas: ¿un peligro más que una ayuda?
Según el biólogo y geriatra de la Universidad de Minnesota, Steven Miles:
Las barandas reducen el riesgo de caídas en un 10 ó 15%, pero al mismo tiempo incrementan el riesgo de lesiones en un 20% debido a que acentúan el impacto de la caída.
Y es que cuando los pacientes se elevan por encima de éstas caen desde una altura mayor, estando por ende más propensos a golpearse la cabeza. Otro peligro que estos dispositivos suponen es el permitir que una persona pueda quedar atrapada entre las barras o entre la baranda y el colchón. De acuerdo a lo expuesto por el Dr. Miles, lo que sucede es que:
Un paciente rodará hacia el espacio ubicado al lado de la baranda, olvidándose muchas veces de que del otro lado se encuentra el colchón ejerciendo presión. En el peor de los casos quedará atrapado entre los dos, habrá presión del colchón contra su pecho y no podrá respirar, pudiendo morir por asfixia en cuestión de minutos.
Aún sabiendo que las barandas están pensadas para prevenir casos de negligencia o abuso en residencias, lo cierto es que en la opinión de muchos suponen más un peligro que una ayuda. En el 2006, la FDA emitió una serie de directivas para su uso en las instituciones y centros de cuidado del adulto mayor, y desde entonces, han sido usadas cada vez menos.
Sin embargo, alrededor del 10% de residentes todavía hacen uso de una cama con barandas. La única manera de solucionar este problema es lograr que los fabricantes sigan ciertos estándares en aras de prevenir al máximo el riesgo de quedar atrapado entre el colchón y las barras de metal.
Abogados de Abuso en Residencias de New Jersey y Philadelphia
Si usted o alguno de sus seres queridos ha sufrido alguna lesión relacionada con el uso de barandas, o sospecha que el servicio que le están brindando puede ser considerado negligente o abusivo, necesita hablar con un experto en el tema. Póngase en contacto con el Estudio de Abogados Mininno para una evaluación gratuita de su caso o llámenos al (856) 833-0600 en New Jersey, o al (215) 567-2380 en Philadelphia.
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