Escaras: la industria del billón de dólares
De acuerdo a una información extraída del National Ducubitus Foundation, más de un millón de personas sufre cada año de la aparición de escaras (llagas de presión) potencialmente fatales. Cuando se llevó este estudio a las instalaciones de un hospital, los resultados mostraron que aproximadamente el 10% de los pacientes tienden a presentar esta complicación cutánea en cualquier momento.
Aunque esta cifra puede resultar un tanto sorprendente, hay muchas posibilidades de que el número real de casos sea mayor debido a que muchos de los centros médicos que han sido protagonistas de casos de este tipo no participaron del estudio.
La verdad es que la aparición de escaras puede ser inevitable en algunas ocasiones. Sin embargo, la gran mayoría de casos que se suceden en hospitales y centros especializados en el cuidado de personas mayores suelen ser el resultado de una completa negligencia: por mencionar alguno, cuando un paciente está sentado o recostado durante 8 horas sobre sábanas o con ropas empapadas en orina desarrolla llagas de presión (escaras) como resultado… y eso es negligencia; cuando una enfermera no puede mover al residente cada dos horas porque el hospital no cuenta con el personal necesario y éste empieza a presentar escaras… eso es negligencia.
Resulta inaudito que casos así puedan ser perfectamente evitables, solamente con un poco más de atención y el apoyo de algunos miembros extra en el staff.
Normalmente, cuando estos centros médicos tienen que afrontar cargos de negligencia, la respuesta que suelen dar es que no están en condiciones de contratar más personal o adquirir más equipo para la prevención de escaras.
Esto es totalmente cierto en lugares especializados en el cuidado de personas mayores, donde el presupuesto es restringido y/o priorizado en problemas un tanto más serios… pero, ¿ésta es realmente una excusa legítima? ¿Los hospitales y residencias deberían tener luz verde porque no se pueden permitir la implementación de procedimientos que puedan salvar vidas? Analicemos esto con calma y dejemos que las matemáticas hagan su parte.
Las estadísticas nos muestran que en el año 1994, había 6,374 hospitales en Estados Unidos con una media de 177 camas en cada uno. El porcentaje de ocupación de los mismos era de 66.1%. Por consiguiente, aplicando las matemáticas, el promedio de camas ocupadas en un día cualquiera era de 745,740.
Cuando se comparan los casos de escaras (o llagas de presión) con respecto a la población de los hospitales encontramos que, en un día común y corriente, hay aproximadamente 80,000 pacientes que sufren de esta complicación. Ahora, si multiplicamos ese número por la estancia media al mes de residentes con escaras (27 días), obtenemos como resultado que más de 1,000,000 de personas desarrollan llagas de presión potencialmente fatales -y probablemente evitables- anualmente.
En añadidura, los costos asociados con la atención de este tipo de casos son astronómicos. Por ejemplo, la estancia promedio de un paciente mayor de 65 años en un centro especializado ronda los $2360 por día. Si este mismo paciente desarrolla alguna clase de escaras, probablemente terminará quedándose 27 días más de lo esperado.
Por tanto, desde una perspectiva financiera, obtenemos la cantidad de $50,976 en costos médicos adicionales por persona con llagas de presión. Multiplicando este número por los 1,088,778 pacientes que presentan escaras al año, nos sale la cifra astronómica de $55,000,000 que se gasta en este tipo de cuidados.
Increíblemente, los expertos coinciden en señalar que esta estimación se queda corta pues los pacientes con llagas de presión suelen quedarse más tiempo en las residencias para tratamiento de infecciones e injertos de piel. Y eso no es todo: también habría que sumar los costos generados por los miles de personas que llegan a morir como consecuencia de esto… para sus amigos y familiares, la salvación de una vida es algo que no tiene precio.
Lo que inquieta de sobremanera es darse cuenta de que, basados en las cifras presentadas más arriba, los hospitales y los centros especializados en el cuidado de personas mayores pueden ahorrar $44,000,000 en servicios médicos con un exhaustivo trabajo de prevención. De llevarse a cabo, este dinero podría ser invertido en tecnología superior y la contratación de suficiente personal calificado para brindar el cuidado adecuado a los pacientes y a los residentes permanentes.
Es por esta razón que compañías aseguradoras como Aetna y Wellpoint suelen decir que no a las residencias que buscan un reembolso por los costos asociados con cuidados en casos de escaras. Y aunque yo no esté 100% de acuerdo con esta política (creo que es una decisión que debería ser tomada por un jurado) es un comienzo.
Sin embargo, lo que queda claro es que las familias no deberían afrontar la pérdida de un ser querido porque una industria de un billón de dólares no contrató a dos enfermeras adicionales para brindar el servicio a cabalidad. De forma similar, aquellos centros que resultan imponentes ante nuestros ojos no tienen derecho a medicar a los pacientes y luego dejarlos solos durante horas, para después ponerse a llorar y lamentar la pérdida de uno de los residentes debido a escaras (llagas de presión).
Las matemáticas prueban que estamos ante una situación bastante seria. Es tiempo de usar esta información para mejorar la calidad de vida en los hospitales y lugares especializados de este país.
Para obtener más información sobre la prevención de escaras y hacernos llegar un formulario contándonos su caso particular de negligencia médica en New Jersey o Pennsylvania, haga click en los siguientes enlaces:
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